Las principales repercusiones identificadas a la salud
por el horario de verano, son trastornos del sueño al modificar el ciclo
sueño-vigilia.
En opinión de Ulises Jiménez Correa las principales
repercusiones con esta modificación de horarios, según reportes, son síntomas
de mala calidad del sueño, somnolencia y cansancio, pero se observa
principalmente en pacientes con trastornos del sueño, como aquellos que
trabajan de noche o tienen rotación de turnos.
Para el responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño,
de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), no pueden pasarse por alto los efectos adversos que provocan al
organismo el cambio de horarios y los tiempos de exposición a la luz
ambiental.
Dichas consecuencias podrían afectar en el rendimiento
intelectual y físico, ya que el cuerpo presenta una sensación de fatiga
general, dificultad para concentración y realizar actividades cotidianas.
Desde 1996, México tiene horarios de invierno y de verano,
con el objetivo principal de ahorrar energía.
Algunas recomendaciones de los especialistas es dormir y
despertar a la hora acostumbrada, aún cuando esto implique dormir una hora de
más o menos, según corresponda el cambio de horario, así como tener una dieta
equilibrada, beber mucha agua, practicar alguna actividad física.